Por Hugo Alconada Mon, 15 enero 2015
En público y ante la prensa, el canciller Héctor Timerman anunció que la reunión con su par iraní del 28 de septiembre de 2013, en Nueva York, se celebraría a pedido del régimen de Teherán. Esa fue la versión oficial. Pero ayer el fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, expuso la otra versión, que durante esos mismos días corrió por los canales “paralelos” que iban de Buenos Aires hasta el corazón mismo del poder en Teherán: “La reunión se [hizo] de apuro a pedido de Cristina”.
Ese es apenas un ejemplo -entre muchos otros- de “la mendacidad y el doble discurso” que según el fiscal “han sido la regla” en las negociaciones que la Argentina mantuvo con Irán desde que la Casa Rosada viró su posición sobre el atentado contra la AMIA. Ese giro, según Nisman, comenzó a fines de octubre de 2010, sólo horas o días después de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner.