Por Hernán Cappiello, 20 enero 2015
Ansioso, acelerado, preocupado, pero seguro de sus hallazgos, expansivo en sus gestos, atropellado al hablar e hiperactivo. Así vivió Alberto Nisman sus últimas horas entre Puerto Madero y su fiscalía, preparando la exposición en el Congreso que nunca ocurriría.
Separado desde hacía más de tres años de la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, Nisman estaba en Amsterdam con una de sus hijas la semana pasada, para celebrar sus 15 años, cuando tuvo un entredicho telefónico con su ex mujer. El viernes 9 ya había decidido volver antes de lo previsto de España, donde pensaba pasar el fin de semana esquiando con su hija. Iban a ir a Andorra. Pero cambió de planes y Arroyo Salgado recogió a la chica en España y siguieron viaje juntas.