Por Bernardo Vazquez, 8 Enero 2016
Hace casi un año, Alberto Nisman regresaba intempestivamente del viaje que le había prometido a su hija en Europa, la dejaba sola en el aeropuerto de Madrid a la espera de su madre y, horas después de retornar al país, presentaba ante la jueza María Romilda Servini de Cubría una estruendosa denuncia por encubrimiento en la firma del memorándum con Irán contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex canciller Héctor Timerman, entre otros funcionarios.
A diez días del primer aniversario de la todavía irresuelta muerte del fiscal especial de la Unidad AMIA, aquella presentación que hizo y que la Justicia ni siquiera trató, puede reflotarse tras la feria judicial, con cambios y con el impulso del gobierno de Mauricio Macri, especialmente desde el Ministerio de Justicia que encabeza Germán Garavano y desde la Secretaría de Estado que investiga el atentado a la mutual judía en 1994, que dejó 85 víctimas, y la muerte del fiscal, que conduce el ex senador de la Unión Cívica Radical Mario Cimadevilla.