Por Natasha Niebieskikwait, 17 Julio 2015
Veintiún años después de la explosión que derribó el viejo edificio de la AMIA y mató a 85 personas, los argentinos se encontraron ayer ante un nuevo aniversario que sumó otra deuda en estas dos décadas sin justicia ante el ataque terrorista más grave de la historia del país. “Les pedimos que nos acompañen y ayuden a encontrar la verdad de lo que pasó con mi papá”, sostuvo Iara Nisman, la hija mayor del fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, quien apareció muerto por un balazo en la cabeza hace hoy exactamente seis meses.
Iara, de 15 años, se convirtió ayer en la protagonista involuntaria de un homenaje a Nisman y a su trabajo. Fue invitada y aceptó estar en el acto central que organizó la mutual por el aniversario del atentado. También estuvieron Sara Garfunkel y Sandra Nisman, la madre y la hermana del fiscal.
El escenario sobre la calle Pasteur al 600 se levantó un día antes de la fecha exacta, ya que hoy es el shabbat, día de descanso para la religión judía. Iara arrancó lágrimas ayer. Su sobriedad y su enorme parecido al fiscal cargaban la atmósfera de un luto mayor ante los asistentes que, como en cada aniversario, escucharon la sirena que a las 9.53 recuerda el bombazo. Habían oído a una locutora nombrar a cada uno de los muertos ese 18 de julio de 1994. Hicieron el minuto de silencio y lloraron por ellos. En medio de los discursos llegó la breve carta que escribió Iara por su papá. Su decisión fue que la leyeran por ella. Y lo hizo la periodista Cristina Pérez, que ofició de locutora del acto “Entiendo el sufrimiento que llevan hace 21 años, porque vi lo mucho que mi papá trabajó para que se haga justicia y escuché de él los detalles e historias de familias detrás del atentado”, escribió la joven.
Después de pedir ayuda para encontrar la verdad sobre lo ocurrido al papá –a seis meses de encontrarlo sin vida su muerte sigue caratulada como “dudosa”–, Iara Nisman no dudó en quejarse: “Dicen cosas para ensuciarlo. Él no se puede defender y le restan valor a su esfuerzo y trabajo”.
Ni una otra mención. Y todo más que cuidado en una ceremonia en la que optó por encender una vela y poner una rosa en memoria del padre. Ni un ministro del gobierno de Cristina Kirchner asistió ayer. Ni el de Justicia, Julio Alak, ni el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fieles asistentes a estos aniversarios. Ahora precandidato a gobernador bonaerense, Fernández fue uno de los hombres de Cristina que más atacó la vida privada de Nisman, con insultos directamente personales y juicios morales. Y como lo hizo todo el kirchnerismo, defendió con ferocidad a la mandataria cuando Nisman la denunció ante la Justicia por el presunto encubrimiento de iraníes acusados de ser autores intelectuales del atentado.
Según supo Clarín, Iara fue invitada ayer tras una intensa conversación en la institución, cuyo presidente y vicepresidente están con licencia médica. Finalmente, de la joven se ocuparon personalmente Luis y Ana Czyzewski, los padres de Paola, muerta en el ata que terrorista de 1994 con 19 años. Cerca de la familia Garfunkel-Nisman también estuvo en todo momento Marcelo Polakoff, rabino de la comunidad de Córdoba y quien ofició la ceremonia en el entierro de Nisman, en el cementerio de La Tablada, a metros de los muertos en AMIA. La jueza Sandra Arroyo Salgado, madre de Iara y Kala de su matrimonio con Nisman, no estuvo presente. Separada del fiscal hace unos años, sostiene que al padre de sus hijas lo asesinaron.